Esta mañana me levanté a las 6:30. Me tomé medio vaso de agua con acuarela y azúcar (jugo Tang de limón), me comí dos galletas de arroz y partí.
A eso de las 8 llegué a Ciudad Universitaria. Leo la pizarra: aulas 213-215. A ellas me dirigí. Arriba, meta repasar y encontrarme con gente que no veía hace mil cursadas.
En cierto momento de una de las aulas sale alguien y nos separa por apellidos. Luego de esquivar un buen kilombo de gente me entero que no se trataba de la matería que yo iba a rendir... Le aviso a una compañera y corremos a ver a cuál aula nos habían mudado.
Bajamos, otra vez pizarra, aula 225. Subimos, entramos, nos ponemos cómodas. Volvemos a repasar y boludeamos un rato. Llega la cátedra.
Llaman a los libres y los separan. Llaman a los regulares que-no-cursaron-ese-cuatrimestre, levanto la mano. Afuera y a hacer lista. ¿No que era escrito? Quién los entiende...
Nos mandaron al aula 204. A eso de las 10:14 empiezan a tomar. Menos mal que me anoté segunda...
10:30 aproximadamente me llaman. Me toman.
La verdad todo un drama no entender las preguntas de la profe... Yo le hablaba de prácticamente todos los temas que me sacaba, pero nada demasiado específico. Y cuando me preguntaba cosas específicas... ._.
No estaba especialmente nerviosa, pero se lo decía cada 5 minutos para ganar tiempo. Lo que estaba era preocupada de no cazar una... >_<
Después de varios minutos me dijo que ya estaba. Como no me dijo nada le pregunté con señas: ¿pulgar para arriba o para abajo? Para arriba. *suspirito* Le dejo la libreta.
Salgo y le cuento a otra compañera cómo venía la mano. La llaman, me devuelven la libreta, le deseo suerte y me voy.
Bajando las escaleras abro la libreta y encuentro un 7 escrito con birome bien gorda.
Y todavía no caigo. Después de tantos años de no rendirla, de tanto estudio y de tanta mala sangre ya está, me la saqué de encima.Y mantengo alto mi handicap.
Publicar un comentario