Más Claro, echale agua


Escrito por Antares bajo

1 Comentario

Fue en Abril de 2003 que contraté el servicio para mi primer teléfono celular, luego de que Mr. Dorima me cediera un Nokia N-Gage QD que se había ganado en un concurso, siendo que él siempre había odiado mucho a la telefonía celular. Al día de hoy he cambiado de equipo, pero jamás de número.
Al día de hoy Mr. Dorima sigue odiando la telefonía celular, y la verdad es que tiene sus motivos... Pero paso a contar algunos de los míos.

Los primeros años de tener mi línea no lo tuve en cuenta, pero cuando me pasé a facturación electrónica (cosa que me ahorraba unos morlacos) fue necesario emitir una clave para ver mi factura online. Hasta ahí todo perfecto, si no fuera porque estuve cerca de 6 o 7 años sin que nadie pudiera emitírmela. Sin importar el medio que usara (SMS, internet, teléfono) jamás recibía la bendita clave.
Consulté cuanto tutorial me tirara Google y hablé con una increíble cantidad de gente que nada podía hacer por mí. Así las cosas, tratar de obtener la mentada clave era algo que probaba hacer de 3 o 4 veces por año sin mucha esperanza. Total, mientras no me viniera ningún consumo raro (que jamás vino) estaba todo tranquilo, y como se pagaba por débito automático podía olvidarme del tema, salvo esas pocas veces por año que la inutilidad del servicio me hacía sacar espuma por la boca.

Hoy, inesperadamente, se dio. Luego de pedir la recuperación de la supuesta clave, milagrosamente la recibí por SMS a los pocos segundos.
Y no es que acceder a la facturación fuera a develar ningún secreto olvidado, pero no sé... A mí me parece importante que estos "detallitos" que me salen plata funcionen.

Así todo, haber tratado de obtener mi clave es algo que solo recordé porque en mi teléfono empezó a aparecer el iconito del buzón de voz, indicando que alguien me dejó un mensaje. Curioso es el detalle de que se trata de un servicio que di de baja hará... ¿5 años? ¿Talvez incluso más?

Creo que la mayoría de las personas no tiene la estrecha relación de odio y odio que tengo con Claro, pero ha sido interesante en esta barbaridad de años ver como masacran su web, incorporando subdominios por doquier y probar accediendo a diferentes terminales completamente redundantes que vaya a saber uno por qué corchos no se dan de baja. Es como la Hidra de Lerna, salvo que las cabezas crecen sin jamás cortarlas y se quedan pudriendo en el cyberespacio sin servir para nada.
Siempre me ha dado mucha curiosidad de como se debe ver cuando uno entra al servidor de Claro y ve toda la porquería diseminada. Vaya a saber qué guardan ahí.

Finalmente me queda la duda de por qué carancho no me cambio de compañía, si esta me da tantos dolores de cabeza. Y yo misma me respondo: Porque nadie me va a brindar un servicio mejor. Probablemente tampoco peor, pero definitivamente no uno mejor. Me canso de leer las historias de contratos abusivos, sobrefacturaciones, servicios jamás prestados y tanta cosa más, todo con el servicio de mierda de siempre. Sea la compañía que sea.

Así que aquí me quedo. Más me vale malo conocido que poronga por conocer.

1 comment