Poco menos de 365 días para los 30, qué lo parió... Pero bueno, si para no llegar hay que morirse antes, mejor llegar ¿no?
Así las cosas el cumple no estuvo muy bueno que digamos. Se agradecen los intentos de Má y Pá para aplacar la soletud, pero entre que el niño estuvo por demás inquieto y que me tuve que perder la party de Dana... Como que bleh.
Afortunadamente el bleh fue corto, ya que el domingo ya estaba volviendo el dorima, todo enchinado.
Obviamente voy a obviar (¡jo!) las cursilerías y detallar lo frondoso del botín. Y a riesgo que que este post sea tildado de materialista -lo que no deja de ser una buena idea para un tag- como que no se va uno a USA y China (pasando por Japón) todos los días, ¿no? Mucho menos sin traerle a la patrona cumpleañera algo lindo.
Repasemos:
Y bueno, ya lo había anticipado en el otro post, también recibí un lindo Spica con quien me estoy cebando mal. ...Después de casi matarlo ayer en un intento fallido de flashearlo y rootearlo para hacerle andar el GPS.
Es loco, porque al mismo tiempo de tener el derriere todo fruncido de casi "brickearlo", también tengo un cachitín de orgullo por haberlo logrado yo solita. No es que sea algo especialmente jodido de hacer... pero es una nerdeada más para la colección.
Así las cosas me sumo al mundo de los smartphones con este lindo aparatejo. Si me ven más conectada al mundo ya saben porque -y desde donde- es.
Otro regalo de cumple que debo destacar es la barbaridad de bandejas para mini-muffins que me dio mi Má. No solo porque son funcionales (aunque lavarlas da una paaaaja) sino porque el tamaño de los muffinitos es lo más chulo que vi en mucho tiempo.
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