Bam-bam tiene un amiguito en el Jardín. Según lo que me han dicho, Sebastián (el amiguito en cuestión) es bastante parecido a mi heredero: es tranquilo, se porta bien, es algo callado... Y según sé, se llevan muy bien.
Hoy a la entrada del colegio una mamá me preguntó cual era el nombre de mi hijo, y le conté. Me dijo que era la mamá de Sebastián e inmediatamente quise saber un poquito más de ellos. Me morí de orgullo que me contara de lo dulce y bueno que le pareció mi niño y la verdad es que me hubiera gustado conocer más al suyo: Estoy segura que mi opinión habría de ser similar.
Así me dejó la señora. Así. |
En los 50 metros que hay entre el cole y mi casa reiteró puros elogios e intercambiamos intenciones de que los enanos alguna vuelta se junten a jugar después del cole. Antes de despedirme le pregunté como se llamaba, y casi me caigo de traste cuando respondió... con mi nombre.
Cabe aquí hacer el paréntesis de que no tengo un nombre común. Seh, soy de esas que de muy chica tuvo que resignarse con que JAMÁS iba a tener una taza o llavero con su nombre. Ni hablar de siquiera pensar en la posibilidad de tener mi propia tocaya...
Así que a pesar de pronunciar nuestros nombres un apenitas diferente, con la mamá de Sebas nos reímos mucho.
Todo se explica. ;D
Eso es lo bueno de tener un pebete copado. Que cuando se hace amigos parecidos, son copados también.
PD: odio el "Demuestra que no eres un robot". Si estoy logueado con mi cuenta de Google, ya no soy un robot...
...or am I?