Fruncido


Escrito por Antares bajo ,

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...Pero nada relacionado con la costura...

Ayer fue uno de aquellos días de como 30 horas. Por muchas razones (siendo una de ellas mi propia estupidez, pero bueh). Paso a relatar.

Como toda la semana, me levanto temprano para mandar al niño a la escuela. Como Don Marido tenía un trámite que hacer, lo llevé yo. No biggie.
Al rato de volver de la escuela, vuelve también Don Marido... con el gato de los vecinos en brazos. Al parecer lo había encontrado en la calle, casi en medio de la avenida.

Esta vuelta el gato no se quedó tan pancho como de costumbre. Al principio me pareció que le molestaba el ruido del calefón, pero al rato me di cuenta que en realidad la ansiedad se la causó el hecho de que Don Mario entrara a bañarse. Cosas de gatas...





Más o menos a la hora salimos, y aprovechamos para tratar de meter al minino por la ventana que da a la calle. Por suerte tocamos timbre antes, y esta vuelta había quien atendiera. Problema resuelto.

Al mediodía fui a buscar al crío al cole y pronto me enteré que andaba con dolores de panza, de lo cual ya se había quejado el día anterior.
Es algo muy cómodo -para mí- que tiene Bam-bam. Con tanto revoltijo que ha sabido hacer con respecto al sueño, es tan simple verlo dormir fuera de hora (léase: cualquier momento que no sea la noche) para saber que no está bien.
Así las cosas, ayer hizo una siesta de 3 horas y media, y al levantarse seguía con dolor. Así estuvo varias horas más, hasta que dije basta y decidí que había que ir a la guardia.

Llamé a Don Marido para que se escapara del trabajo y nos llevara. En el medio se me dio por darle un baño al niño, a ver si se me relajaba un poco. Esto funcionó mejor de lo esperado ya que se le relajó la pancita y lo que le jorobaba pudo "pasar" (por no ser demasiado explícita). Y zafamos de ir a la guardia, yay.

En medio de todo esto recibí un mensaje de mi amigote Lalalo, quien me pidió si podía desbloquearle un celular mañana, que viene a visitarnos. Durante la siesta del heredero me había puesto a bajar aplicaciones y otras cosas necesarias, así que ya a la noche y toda embalada se me dio por toquetear el celular de Don Marido, que hace tiempo venía mal.

Digo "venía mal" porque Android es bueno, pero algunos ROMs no son demasiado estables, otros se van rompiendo con el tiempo y otros -posiblemente los mejores- necesitan algo de mantenimiento. Ni bien lo compró (en Claro) el celu de Don Marido estaba flamante: andaba rápido, nunca un cuelgue... Pero ya hace un tiempo perdió la capacidad de actualizar las apps y en ciertos lugares el teléfono simplemente se taraba.
Al tratarse de un procedimiento tan simple que es rayano a lo estúpido, decidí rootearle el fono. Hecho esto, tuve los permisos para sacarle el bloatware, que bastante memoria le usaba.
¿El problema? O terminé de romper el ROM o borré algo que no debía y maté la aplicación com.android.phone, que no solo tira un cartel insoportable incesantemente, sino que te deja con un teléfono... sin teléfono.
Probé con mil soluciones y cuando nada sirvió... hubo que hacerle un factory reset, lo que ameritó importante backup. El tema es que esto tampoco funcionó ya que el fono no tenía ni recovery... Así que me arremangué toda y me dediqué a flashearlo de punta a punta.
Al menos ahora las cosas son fáciles y un montón de flasheos se pueden hacer tan fácilmente como instalando aplicaciones, como en este caso con ClockworkMod. recuerdo cuando flasheé mi Spica hace menos de dos años, que tuve que instalar programas, drivers, seguir interminables guías y rezarle al Odin... ¡Ahora es un chiste!

Las cuestiones más complicadas -o más bien: hinchapelotas- del proceso fueron hacer los backups (y olvidarse de algunos), pasar archivos y por último, elegir el ROM nuevo. Con todas las cosas que les ponen y les sacan, hay que leer mucho para comprobar que sean estables y ande todo lo que tiene que andar. Ni hablar la oferta de ROMs que hay en las interwebs... Después me preguntan por qué odio los productos con iOS. Preciosa interface, pero para mí no hay nada como el software libre y la posibilidad de cocinar un ROM a tu medida. Ni hablar de sacarle el jugo a equipos viejos, pero principalmente: baratos.
Por ejemplo mi lindo Spica, que es un teléfono de dos mangos: Si no tengo un ROM nuevo es porque el actual es super estable. Creo que hace como un año que no cambio de ROM, y si no anda como el primer día, es solo cuestión de limpiar un poco.

Así que me quedé hasta casi las 4 de la mañana, pero el fono quedó flamante.

¿Miau?


Escrito por Antares bajo , ,

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¿Cuánto tiempo sin escribir, no? ¡Juro que es por buen motivo! Ahí lo esplico.

 Pues bien, sucede que hace varias semanas (énfasis en "varias") estoy de limpieza pre-primaveral. ¿Qué le voy a hacer? Es super molesto, pero la cantidad de porquerías que se acumulan suelen ser proporcionales al tamaño de la casa. Y mi casa se puede considerar grande.

 Así las cosas, la limpieza jamás paró desde mi último post. Lo más interesante de todo fue haber "recobrado" el cuartito del fondo, que estaba lleno de porquerías. Me resulta muy loco haberme mudado a finales de 2009 y recién ahora "plantar la bandera" en el cuartito. En términos de que en estos dos años y medio jamás había realmente limpiado el bañito o la ventana. Total, no se usaba para nada...

Ayer nos tocó ir a Easy para conseguir las últimas cosas como para tenerlo listo y usable. Lo más importante fue un espejo (baño sin espejo no es baño) y un chirimbolo para colgar el papel higiénico. Mr. Dorima colocó todo ayer y hoy limpié todo a conciencia. Solo faltan algunos detalles mínimos para que esté finalmente despejado. :)

 El título del blog va por algo que nos sucedió cuando volvíamos de Easy: Ya dentro del edificio nos dimos cuenta que el gato del vecino había vuelto a escaparse. Ni falta hace decir que bien abrí la puerta de mi departamento el gato se metió como pancho por su casa...
Siendo que yo estaba MUY cansada (estuvimos años parados en Easy) Mr. Dorima se ofreció a devolver el gato. Y, son dos pisos por escalera, vio?
Una vez en planta baja, Mr. Dorima tocó timbre y devolvió el gato... Y vio que no es una, sino que son dos señoras las que viven en el departamento de los gatos, y que de tan parecidas solo pueden ser hermanas. Cabe destacar que hacía tiempo que yo venía sin entender nada, ya que yo pensaba que era una sola señora la que vivía en el departamento, y tenía comportamientos algo contradictorios.
En términos de que a veces la veía y me saludaba, mientras que otras veces no era capaz de sostenerme la puerta si me veía que estaba por salir o entrar. Así que no se trata de una señora esquizofrénica, sino dos: una amable y otra... nada que ver.
Lo curioso de estas señoras no fue tanto verlas juntas, sino que al ir a devolverles el gato Mr. Dorima comentó algo de que al gato le debe gustar mucho nuestra casa. ¿La respuesta? Que si no lo queríamos.  Que en serio.

O_o

La realidad es que la tentación fue grande. Tanto a Mr. Dorima como a mí nos gustan los gatos y desde que estuvo aquella tarde conmigo, tengo ciertas ganitas...
Pero después pienso en que al heredero mucho no le van las mascotas, que el sillón es nuevo y en lo cómodos que estamos así... Por último pienso en el minino, que está medicado (nunca supe de qué) y que le debe hinchar las pelotas compartir la casa con otros tres gatos y por eso se escapa.
¿La pura verdad? Me jode esto de pensarlo y pensarlo y no poder decidirme.

Así que solo me resta desearles a todos (los niños) un feliz Día del Niño. En especial al mío, vio?


Niño con su botín: remera de Mario Bros + Mario Kart 7


Primavera en invierno


Escrito por Antares bajo ,

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No, no se trata del clima (que sigue tan helado como siempre). Se trata de ciertas limpiezas que empecé ayer.
Ayer me levanté, doblé ropa, lavé un tanto más (lo que incluye colgarla) y me puse a revisar las cosas del heredero. Lo primero fue sacar de su armario mucha ropa que ya no le entra. Lo siguiente fue revisar sus juguetes.
Mi política con Bam-bam es similar a la de mis viejos conmigo: me meto lo mínimo posible con sus pertenencias. Las únicas excepciones que tengo son con la ropa (que recién ahora empieza a considerar propia) y los juguetes rotos.


A medida que fui creciendo y conociendo gente, me di cuenta del poco respeto que tienen ciertos padres con las pertenencias de sus hijos. Chicos (cuando no adultos) que un día van a buscar algo y al preguntarle a la madre, les dice que lo tiraron. Y vuelan los platos. 


Poco después de que naciera Bam-bam me tocó vivirlo con una de mis cuñadas, que le regalaba los viejos juguetes de su niño... a escondidas. Al preguntarle por qué hacía eso me respondió que si mi sobrino veía sus viejos juguetes, no iba a querer darlos. 
Y yo quise palmearme la frente y gritarle de todo. Decidir sobre las pertenencias de otros sin siquiera consultarles es robarles.  

La realidad es que no supe salirme de la situación a tiempo, y nada me da más culpa que haber aceptado -en nombre de Bam-bam- esos juguetes manchados de lágrimas. Para colmo, hace un tiempo esa misma cuñada me comentó de pasarle dichos juguetes a otra sobrina.
No dije nada y me hice la boluda.

Honestamente no entiendo qué tienen ciertas madres (y padres, no es excluyente) para decretar que sus hijos no tienen derecho a la propiedad. ¿Es que nunca se encariñaron con un juguete? ¿Nunca les dio celos cuando venía alguien más y jugaba con sus cosas? ¿Si alguien se robaba o rompía un chiche, no era para llorar y querer morirse? Ni hablar de esa hermosa nostalgia de "rotar" chiches, con otros que estaban guardados, aunque fueran para chicos mucho más chicos que uno.
Aparte ¿quién es la mamá para decidir si uno puede encariñarse con algo? Más recientemente aun, también supe de cierta remerita de Superman que mi cuñada le pasó a Bam-bam -también a escondidas- porque su niño se había encariñado y no quería largarla a pesar de no entrarle más.

Así las cosas me siento muy estúpida y cómplice. De haber sabido que estos "pasajes" (generalmente de ropa) iban a incluir despojar a mi sobrino cosas que le gustan, jamás hubiera aceptado.
Por este motivo cada vez que hay que hacerle un regalo, nos esforzarnos en darle algo que no solo le vaya a gustar sino que -principalmente- mi cuñada no vaya a querer expropiarle. 

Y la verdad es que no lo entiendo. ¿Por qué alguien le haría algo así a su hijo? No me puedo imaginar otro motivo que no sea la falta de espacio, porque ¿caridad? No hay nada más lejano.
Porque la caridad es una cosa muy compleja, que no se puede pretender que un chico entienda. Ni siquiera se puede esperar de muchos adultos... Ni siquiera es algo que se aprenda "por costumbre" o "con el ejemplo". A lo sumo se aprenderá a no tomarle cariño a nada, porque en algún momento te lo van a quitar o obligar a ceder. 
Y no sé el resto, pero eso me parece tamaña injusticia. ¿Qué tipo de relación con los objetos podés desarrollar si jamás te dejan poseer nada?

Recientemente conocí el caso de una amiga que de chica supo ser "army brat", cuya familia tenía algo que llamaban "la regla de los 10 juguetes". Como cada tanto transferían a su papá y tenían que mudarse, tanto ella como sus hermanos tenían ese límite.
Y la verdad no sé, pero no me imagino que los padres fueran a tener algún límite similar...

Bam-bam está por cumplir 5 y la realidad es que desde que descubrió los videojuegos mucha bola no le da a sus juguetes. Pero aun así, cada tanto los ve y juega con algo. Si encuentra un chupete va y lo usa (previo lavado, claro).
No creo ser quien para negarle la nostalgia de reencontrar sus cosas solo por cuestiones estadísticas. Y tampoco me parece correcto consultarle (la única salida honorable al tema), siendo que es algo que requiere una madurez que no puedo esperar de muchos adultos.
Ya veremos cuando se nos acabe el espacio. 

Por último quisiera destacar que si bien es más mi estilo tampoco soy de promover lo contrario: el apegarse demasiado a las cosas. Así todo, lo único -ajeno- de lo que dispongo es lo que está irremediablemente roto, sucio o de alguna manera resulta enfermizo conservar.
Pero aun así, jamás será sin avisar.

Yey


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Después de mucho joder con ello, finalmente volví a soñar con él.
Fue de esos sueños en cuotas, o actos. Obviamente, sin correlación alguna entre ambos.
En el primero éramos pendex (a pesar de que él tuviera el pelo largo) y yo andaba boludísima atrás de él. Tarada total, de esas que cuando te hablan apenas atinás a responder "D'aaah?".
El segundo era más copado: Estaba de gira con su banda y, aparte del recital común, iban a hacer una presentación en el Subte (¿?). Yo le servía de traductora. Ah, y también estaba Maru. Calculo que de apoyo logístico. xD


Hasta que ya me da paja bloguear al respecto, pero el finde largo pasado nos pegamos una escapada con el coche nuevo. Nacho nos había incitado a su casita en Miramar, así que en vez de cagarnos de frío en Capital, el finde nos cagamos de frío en la costa. Bah, miento. Solo yo me cagué de frío, pero bueh. Al menos el resto no es tan friolento como yo.

El viaje fue un lujo en el coche nuevo. De haber ido con el 147 juro que no lo contaba, solo por el frío. En un momento paramos a cargar nafta y notamos que nos estaban lavando el parabrisas con agua... escarchada.

Pero con frío y todo lo pasé muy lindo y visitamos muchos lugares:




El sábado visitamos la playa de Miramar. ¡Qué lindo todo!
Más que curioso nos resultó el cartelito y bandera apuntando a las benditas islas. 




También visitamos Mar del Plata, donde comimos las milanesas más grandes que he visto en mi vida. Después de eso frecuentamos fichines. Me dio bastante pena notar que Sacoa sobrevive con veintipico de locales, pero ni uno de ellos en Capital. No es que me sorprenda, pero bueh... Hubiera querido que Bam-bam conociera más íntimamente esos antros de perdición videojueguil. En especial ahora, que rigen las normas antitabaco.







Todavía en Mardel nos topamos con las siguientes curiosidades. La segunda me da algo de paranoia, je.





El Domingo visitamos el Vivero Dunícola de Miramar. La verdad sorprendió encontrar un bosque de estilo europeo en plena costa sudamericana... Y tampoco entendí mucho por qué corchos tenían un santuario de la Virgen de Lourdes en su interior... Pero resultó super lindo igual. Me gustaría volver en alguna época de menos frío. :)




Aun en el Vivero (bah, hacia sus límites) estaba el Cristo de la foto. Más de 20 metros de espanto en una cruz, decía un cartel que tenía. No pongo ninguna foto con más acercamiento porque no quiero causarle pesadillas a nadie.




Después visitamos el famoso Bosque Energético, cuna de un montón de boludeces New Age. Pero en fin todas boludeces, ya que el misterio de las copas entrelazadas de los árboles y la falta de sotobosque son bastante fáciles de explicar. Obviamente no hay centro magnético ni energético, sino la proximidad en que fueron plantados los pinos (sin que posteriormente se cortaran algunos, como es común) hizo que las copas no tuvieran más opción que entrelazarse, cubriendo casi completamente el paso de los rayos del sol. Aparte, es normal que las hojas de los pinos acidifiquen los suelos, impidiendo el crecimiento de otras especies.
Pero aun con escepticismo es un lindo lugar de visitar: La oscuridad y el ruido de las ramas entrelazadas  movidas por el viento lo hacen un lugar hasta escalofriante.




El último lugar que visitamos ese día fue el Hotel Boulevard Atlántico, en Mar del Sud. Y ya se ve en las fotos que fue el más escalofriante de todos.
Increíble fue enterarse de lo antigua que es la contrucción (de finales del siglo XIX) y que el hotel funcionó hasta que fue invadido por narcos (¡!) a principio de los años 90.
La historia es bastante sórdida y mata de pena e indignación ver como no se pudo hacer mucho para salvar la construcción, ni hablar de la persona que fue asesinada durante la invasión.




El Lunes no hicimos mucho, salvo almorzar y fichinear de lo lindo en Pibelandia. El día anterior Bam-bam fue seducido por las atracciones para los más pequeños (esas que uno pone la fiche y un autito se mueve) y cuando Nacho encontró una tarjeta de Pibelandia en la casa, decidimos cargarla para que juegue un poco.
Salvo que al heredero le gustan MUCHO dichas atracciones... pero solo cuando se encuentran quietas. No hubo manera de convencerlo de activar los autitos, caballitos y demás chiches mecánicos. Incluso le quisimos mostrar "de prepo", pasando la tarjeta en el chiche donde estuviera. Y ahí fue cuando nos llevamos importante sorpresa: Al pasar la tarjeta en un avioncito, el display del lector de tarjetas tiró un código extraño. Volvimos a pasar la tarjeta y de los $10 que habíamos cargado, figuraban $46.  
Ni hablar lo chochos que nos pusimos, en especial porque los juegos no estaban nada baratos (todo lo contrario). Así me quedé persiguiendo al heredero entre maquinita y maquinita, y guardando los tickets que devolvían los bizarros juegos que elegían los caballeros para gastar el crédito.
En más de un momento pasó de que Mr. Dorima y Mr. Nacho ganaran tantos tickets que vaciaban las reservas de los aparatos. Y para colmo, al final de la tarde, nos dimos cuenta que teníamos suficientes papeletas como para cambiarlas por alguna cosita. Mr. Dorima eligió un resorte ("slinky") que Bam-Bam disfruta mucho.



En conclusión, me divertí un montón y conocí lugares preciosos. Que se repita. 


Disclaimer: Salvo la última, las fotos no las saqué yo sino Mr. Dorima. Como que no da sacar fotitos chotas con el celular si la persona de al lado tiene una reflex y para colmo sabe usarla...

It's alive!


Escrito por Antares bajo

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Hoy es uno de esos días raros. O talvez sea solo la TPM, ¿pero viste esos momentos en que tenés algún tipo de revelación? ¿Esos días en que hay algo que te llama a hacer alguna cosa que no hacés hace mil años porque no da?

Pues hoy me bañé, como todos los días. Bah, más o menos.
Todo empezó cuando salí de la ducha y me di cuenta que no me había puesto crema de enjuague. Hace poco menos de una semana que me decoloré la cabeza, por lo que no ponerme crema es garantía casi segura de terminar como un espantapájaros con albinismo. Así que tuve que volver a abrir la ducha, y se ve que mi calefón tiene bastante capacidad, porque fue recién cuando me empecé a enjuagar que noté que el hijoderemil se había apagado.
Aquí es cuando hago un paréntesis y aclaro que sin importar que el baño esté calentito y lleno de vapor, no es NADA recomendable enjuagarse la cabeza con agua fría en días de menos de 8°C.

Así que nada, me enjuagué a medias y me sequé lo mejor que pude para ir a la cocina, prender el calefón y terminar de enjuagarme en la pileta del baño. Ahí es cuando tuve mi revelación.
Recordé el secador de pelo que mi mamá me había regalado hace varios años, que un buen día decidió dejar de andar. Recordé las veces que fuimos a comprar uno nuevo, pero entre que estaban muy caros o no había, jamás lo remplazamos.
Pero algo que tampoco hicimos fue tirar el viejo.

Vio como es con los maridos, señora. Uno les pide que hagan algo y te dicen que "OK". Pasan los días, los meses, se los recordás y nada. Te ponés del orto y te tratan de histérica hasta que les recordás que por qué carajo no hicieron lo que les pediste hace meses y... te terminan dando la razón.

Así las cosas me dije "Ma' sí, lo reviso yo misma". La verdad no sé a qué extraña brujería se le pueda atribuir, pero sin saber demasiado -por no decir nada- de reparaciones, ya van varias cosas que arreglo solo de abrirlas, chusmearlas un poco, a lo sumo limpiarlas y volverlas a cerrar. ¿Capaz sería el caso?

Sin salir del baño abrí el vanitory y agarré el bendito secador (no sin primero horrorizarme del kilombo en el interior de dicho mueble). Lo miré unos segundos y lo enchufé. Y parafraseando a la Su: "¿ESTABA VIVO?".

Bueno, no... Pero andaba.  

Así que aproveché y me sequé el pelo (lo que fue un gran error ya que ahora parezco un enorme cotonete amarillo). Y ni hace falta decir que no entiendo nada, porque hace un par de inviernos ese maldito secador dejó de andar en mis propias manos. Lo probé montones de veces y nada. Lo probó Mr. Dorima y tampoco.

Pero bueno. Cuando se disperse el cartelito de "OMGWTF?!" de encima de mi cabeza, capaz pueda regocijarme de no tener que comprarme otro secador...